Volume 17, No. 3 
July 2013

 
  Elena Alcalde Peñalver



 
 

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Los efectos de la crisis en el sistema financiero europeo:

repercusiones en el mercado de la traducción financiera

by Elena Alcalde Peñalver
Universidad de Granada

Resumen

El objetivo de este estudio consiste en analizar el desarrollo de la crisis financiera y sus efectos en el mercado de la traducción financiera. Para ello, en primer lugar se analizarán las condiciones de este sector del mercado de la traducción antes del estallido de la crisis financiera. Posteriormente, se examinarán los cambios que la crisis ha supuesto para los traductores financieros y se comparará la situación actual con la que existía previamente. Los resultados del estudio muestran que no solamente la crisis no ha afectado el trabajo de los traductores financieros, sino que incluso se han visto beneficiados por esta situación, ya que muchas empresas han utilizado la internacionalización como estrategia para diversificar riesgos y seguir explotando su potencial de crecimiento. Por lo tanto, para ganarse la confianza de los inversores, las empresas han basado sus estrategias en la comunicación, lo que incluye la traducción financiera para llegar a un mayor número de inversores que puedan estar interesados en la empresa. El estudio concluye que uno de los principales retos del futuro es fomentar un mayor desarrollo de la formación de traductores financieros para asegurar que la calidad de la comunicación financiera queda en manos de expertos en este campo.

Abstract

The purpose of this study is to analyze the development of the financial crisis and its repercussion in the financial translation market. First, the working conditions of this segment of the translation market before the crisis will be examined. Following that, the changes that the financial crisis has entailed for financial translators will be examined in comparison with the previous situation. The study shows that rather than suffering the serious consequences of the crisis, financial translators have benefited from the fact that many companies have relied on internationalization as a strategy to diversify risks and continue to grow. Therefore, in order to gain investors’ trust, one of the main needs has been based on communication, which includes financial translation in order to transfer information to a wider range of potential candidates interested in investing in the company. The study concludes that one of the main challenges of the future is to reinforce the training of translators in this field of specialization so that the quality of financial translation is assured in the industry and carried out by expert translators.


Introducción

l sistema financiero español está formado por diferentes instituciones, mercados e intermediarios que operan entre ellos para movilizar los activos financieros emitidos por diferentes instituciones públicas y privadas, tanto nacionales como extranjeras, con el objetivo de hacer llegar el dinero en manos de unidades de gasto con superávit a aquellas con déficit (Martínez Álvarez y Calvo González 2012). Por lo tanto, los tres elementos principales de un sistema financiero los constituyen los mercados, los intermediarios y los instrumentos financieros. De esta forma, la comunicación en torno a estos tres elementos constituirá un componente de base para el buen funcionamiento del sistema financiero.

Es de gran importancia comenzar a reconocer la necesidad de considerar la labor de los traductores financieros como profesión.
No obstante, el sistema financiero español no actúa de forma independiente sino que forma parte del sistema financiero europeo, puesto que hace ya 26 años desde que España se adhiriera a la Unión Europea. Esto conlleva su inclusión en el Eurosistema, que está formado por el Banco Central Europeo y los Bancos Centrales de cada uno de los países que han adoptado el euro. A su vez, el Eurosistema está integrado en el sistema financiero mundial, bajo la supervisión de instituciones tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En este sentido, la comunicación financiera empieza a cobrar importancia a un nivel superior, en el que el inglés actuará como lingua franca. Así lo señalan diversos autores como Killingsworth (2000: 32), que es rotundo al afirmar que “English happens to be the international language of finance” y señala que esto lo demuestra por ejemplo el hecho de que la lengua de trabajo en el Banco Central Europeo (BCE) es el inglés, aunque esté situado en Frankfurt, donde la lengua oficial es el alemán.

De esta forma, uno de los aspectos positivos de esta dependencia del sistema financiero europeo y mundial es que, tal y como señalan Calvo González et al. (2009: 98), supone el poder cooperar de forma conjunta ante situaciones de crisis como la que estamos viviendo actualmente. Por lo tanto, el hecho de que la burbuja especulativa haya estallado a la vez en España y en el resto de economías europeas ha favorecido la adopción de medidas conjuntas y la comparación de perspectivas favorables o negativas según las situaciones vividas en los distintos países.

No obstante, esta apertura internacional del mundo de los sistemas financieros, que dirigen sus operaciones cada vez más a una clientela multilingüe y multicultural, ha reforzado la importancia del papel de la traducción financiera (École de traduction et interprétation 2010). Por lo tanto, la internacionalización del mundo de las finanzas es hoy en día una realidad indiscutible, y la liberalización de los sistemas financieros ha producido una mayor flexibilización de contratación en los mercados internacionales. Esto, conjuntamente con los acelerados cambios en tecnología, productos y servicios, ha desembocado en la globalización virtual de las operaciones financieras y de las instituciones que atienden estas operaciones (Castelo Montero 2003). Este proceso de globalización de las economías y el uso cada vez más generalizado de la lengua inglesa como lingua franca ha provocado por lo tanto un aumento de la traducción en el ámbito financiero, lo que justifica a su vez el interés investigador de nuestro estudio.


Metodología

En este artículo pretendemos hacer en primer lugar un breve recorrido sobre las principales causas de la crisis del sistema financiero y cómo esta situación ha afectado al mercado de la traducción financiera. Posteriormente, estudiaremos el panorama que nos aguarda en el futuro próximo antes de finalizar con una serie de conclusiones y reflexiones sobre los temas tratados.

La investigación llevada a cabo es por lo tanto de corte cualitativo ya que la información se ha extraído de diferentes fuentes que hemos utilizado durante nuestra investigación y que indicamos en el último apartado de referencias bibliográficas. Del mismo modo, enmarcamos nuestro estudio dentro de un paradigma puro que sería exploratorio-interpretativo, ya que no realizamos un diseño experimental, empleamos datos cualitativos y llevamos a cabo un análisis interpretativo de los mismos (Grotjahn 1987: 59-60). Asimismo, incluiremos los datos más relevantes para este estudio obtenidos de la entrevista semiestructurada realizada a una muestra de doce traductores financieros como parte de una investigación más profunda que se enmarca dentro de nuestra tesis doctoral sobre la realidad profesional y académica de la traducción financiera. De esta forma, consideramos que la adopción de una metodología de investigación cualitativa a través de la entrevista se debe a que ésta nos va a permitir analizar en profundidad una serie de datos para comprender una realidad que no ha sido totalmente estudiada con anterioridad (Morón 2003: 370).


La sombra del pasado: la crisis del sistema financiero

Una de las características principales por las que se debe definir un sistema financiero la constituye la estabilidad. Sin embargo, desde el año 2007 hemos sido testigos de una serie de hechos que han puesto en entredicho la sostenibilidad del sistema financiero a nivel mundial. El detonador de esta crisis financiera se basó en la venta de hipotecas subprime en Estados Unidos, que posteriormente contagiaría al resto de Europa y a nuestro país, cuya economía se había acostumbrado a depender excesivamente del sector de la construcción.

Además, uno de los agravantes de esta crisis financiera y que ha atentado contra la estabilidad del sistema financiero lo han constituido los numerosos escándalos financieros relacionados con comportamientos irregulares de bancos, brókers, agencias crediticias y otras instituciones financieras. Esto ha creado una situación de desconfianza entre los diferentes agentes y ha resultado consecuentemente en una reducción de la canalización de los ahorros de las unidades de gasto con superávit a aquellas con déficit (Calvo González et al. 2009). De hecho, tal y como vaticinaba Miguel Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España entre 2006 y 2012, la crisis podía alargarse por esa falta de confianza que generaba una serie de círculos viciosos que conllevaban la paralización total del sistema (Calvo González et al. 2009: 167).

De esta forma, los créditos en España se han ido encareciendo más que en el resto de Europa, lo que dificulta las pretensiones de las empresas que quieran seguir creciendo. Esto se debe sobre todo a las expectativas pesimistas de los bancos sobre la situación económica y a las mismas dificultades que tienen para acceder a la financiación en el mercado interbancario.

Además, esta situación de falta de confianza y consecuente inestabilidad de los mercados financieros provoca que los inversores no quieran invertir en los mercados financieros ante la aversión a sufrir un gran riesgo. Del mismo modo, tampoco confían en los intermediarios financieros, ya que son conscientes de las grandes operaciones especulativas que se han llevado a cabo sin ninguna garantía de fiabilidad. Los intermediarios financieros no se prestan entre ellos por esta misma razón y finalmente esto resulta en una falta de financiación en las unidades deficitarias que están en la base del movimiento de la economía, como pueden ser las pequeñas y medianas empresas. No obstante, uno de los efectos positivos de la crisis ha sido a su vez el menor nivel de endeudamiento de las empresas y hogares españoles, el más bajo desde 2007 según datos del Banco de España (El Mundo 2013).

Por otro lado, en relación a las necesidades de traducción financiera relacionadas con esta situación de inestabilidad de los mercados financieros, cabe señalar que todo el período de apogeo de los mercados financieros hizo que muchas empresas comenzaran a expandirse más allá de las fronteras del país en el que se encontraban establecidas y que consideraran la comunicación como un elemento principal para ello, lo que por lo tanto provocó un aumento considerable en el volumen de traducción financiera. De este modo, los traductores financieros se beneficiaron de esta época de bonanza al trabajar para instituciones que no escatimaban en recompensarlos por sus servicios con remuneraciones mucho más atractivas que las del mercado de la traducción de otras especialidades (Rochard 2005). Se trataba de instituciones que operaban con grandes cantidades de dinero y que por lo tanto no escatimaban a la hora de recompensar a los traductores que trabajaban para ellos.

No obstante, el comienzo de la crisis financiera cambió el panorama de esta especialidad de traducción, ya que muchas de las instituciones que contrataban a estos traductores empezaron a aplicar medidas de ahorro, lo que equilibró en cierta medida las tarifas en el mercado de la traducción financiera. Sin embargo, y aunque también se este mercado se haya visto afectado por las consecuencias de la crisis financiera, esto ha igualmente provocado que muchas empresas decidan diversificar el rango espacial en el que operan y hayan comenzado a llevar sus productos a otros países, combinándose con otras empresas, lo que ha producido unas necesidades de comunicación, que unidas a las exigencias de transparencia y claridad en la información, han conllevado igualmente el tener que contar con traductores financieros.

Además, hoy en día, debido a los lamentables acontecimientos protagonizados por algunas entidades financieras, estamos asistiendo a una transformación cualitativa de la comunicación financiera, relacionada con su nivel de calidad. De esta forma, las entidades financieras procuran establecer vínculos con sus inversores para tratar de ofrecerles un mayor grado de confianza y esto se basa en gran medida en la forma en la que se transmita ese mensaje, lo que incluye su traducción a distintos idiomas para hacerlos llegar a un mayor número de inversores (López Hita 2003).

En esta misma línea, Pizarro (2010: 167) señala que en la actualidad la traducción de textos económicos (dentro de los que enmarca los textos financieros) cuenta con una gran demanda por parte de instituciones, agencias y distintos clientes que requieren traductores especializados en este tipo de textos con la formación y preparación adecuadas. Seibel y Zambrana (1999-2000: 279) afirman igualmente que la creciente globalización de la economía en el mundo moderno y la ampliación del ámbito de actuación de las empresas, ha provocado un aumento de la traducción de este tipo de textos.

De hecho, según el 100% de los traductores entrevistados para nuestra tesis doctoral (Alcalde Peñalver, en curso), el volumen de trabajo con el que cuentan en la actualidad no ha cambiado con respecto al que tenían antes de la crisis, e incluso para cuatro de los doce entrevistados se ha visto aumentado. Respecto a las tarifas, todos los traductores financieros de nuestra muestra afirman que siguen siendo más elevadas en este sector de la traducción en comparación a las del resto de especialidades de traducción, aunque todos reconozcan que en estos últimos años en alguna ocasión algún cliente les haya pedido un ajuste de las mismas debido a la coyuntura económica.


¿Qué nos depara el futuro? La externalización, visión exterior y aumento de necesidades de traducción

Tal y como señala Lagares (2013), el cambio en el sistema financiero ha sido profundo y se han realizado grandes esfuerzos por que las entidades que lo constituyen sean “sanas”, es decir, que estén suficientemente capitalizadas, con objetivos y ámbitos de actuación claramente delimitados y con recursos líquidos en sus activos. Esto está despertando un creciente interés por nuestros bancos y esta mayor confianza en los mismos permitirá que vuelvan a financiar actividades para relanzar la economía española. No obstante, tal y como se señala en la Editorial de Expansión del pasado 19 de febrero, no se trata de especular ya con posibles brotes verdes o un hipotético final del túnel, puesto que debido al contexto de recesión en el que nos encontramos, seguiremos contando con una elevada tasa de empleo y el consiguiente deterioro del consumo, inversión y expectativas de crecimiento. Por lo tanto, queda todavía un amplio camino que recorrer para que se consoliden estas reformas iniciadas.

De este modo, una de las claras consecuencias de la crisis financiera se basa en la regularización y control del sistema financiero a través de diversas medidas, como la llamada Tasa Tobin sobre las transacciones financieras o las obligaciones de aumento de capital según lo establecido la nueva regulación de Basilea. Del mismo modo, la Unión Europea pretende presentar nuevas leyes para garantizar la estabilidad, transparencia y protección de los consumidores, mejorar la política de cohesión y luchar contra el fraude y la evasión fiscal a través de diferentes medidas, con el objetivo de evitar un excesivo endeudamiento del sector privado, una deuda soberana de los Estados miembros insostenible y la debilidad del sector financiero (Comisión Europea 2013).

Esto ha conllevado igualmente la aparición de nuevas necesidades de traducción dentro de lo que podríamos denominar el área de “gobierno corporativo”, como lo confirman dos de los traductores financieros entrevistados para nuestra tesis doctoral. De esta forma, muchas entidades e instituciones financieras han comenzado a enfatizar la redacción de documentos que ofrezcan información detallada sobre la naturaleza de su trabajo, la composición del Consejo de Administración o la amplitud de sus operaciones para transmitir una imagen de mayor transparencia y buenas prácticas. En este sentido, la traducción financiera contribuye a mejorar la comunicación entre empresas y sus inversores, que raramente cuentan con la misma procedencia, ya que tal y como señala Javier Gil, director de la Empresa Equality Financial Translations “ cuando te juegas tu dinero, todo el mundo quiere leer la letra pequeña del documento en su idioma materno” (Román Mínguez 2013). Además, la externalización y el contar con una fuerte presencia en el exterior está siendo uno de los principales pilares sobre los que se basan grandes empresas españolas para poder contrarrestar los efectos negativos que la crisis haya podido tener en la caída del consumo en nuestro país.

En este sentido, la comunicación financiera, dentro de la que se enmarca la traducción de documentos financieros, juega un papel muy importante para que las operaciones financieras que se llevan a cabo a nivel mundial puedan producirse. De este modo, para que esta comunicación en diferentes idiomas pueda ser de calidad, tal y como se requiere en el mercado, será necesario contar con traductores formados al respecto que puedan desempeñar su labor de forma satisfactoria. De ser así, las acciones que se persiguen con comunicación financiera tanto por parte de entidades del sector público como del sector privado, y que buscan la consecución de los objetivos de presentación al mercado de productos financieros emitidos, colocación en dichos mercados de los productos y mantenimiento de una imagen positiva de los mismos, podrán desarrollarse de forma exitosa (López Hita 2003: 39-40).


Conclusiones

La crisis del sistema financiero actual supone, tal y como señalan Calvo González et al. (2009: 106) que “debemos reinventarnos como país, como empresa y como individuos” cambiando los pilares de crecimiento sobre los que hasta ahora se basaba la economía española y ajustando el gasto de todos a la realidad presupuestaria para evitar que el apalancamiento insostenible y la continua especulación nos vuelvan a hundir en una situación de crisis de estas dimensiones.

Uno de estos pilares de crecimiento se basa en proporcionar una imagen de transparencia y buenas prácticas de las empresas y en poder transmitirle esta información a los inversores para que sientan la confianza necesaria para poder seguir apostando por ellas. De esta forma, la profesión del traductor financiero se configura como clave para poder desempeñar su función de transmitir un mensaje de calidad hacia otra lengua y ayudar al proceso de externalización y refuerzo de imagen a nivel internacional de una empresa. Esto ayudará igualmente a reducir riesgos al no centrarse sus operaciones en un único país y contará con mayores oportunidades de mercado en función de la situación de la demanda de cada lugar.

Por lo tanto, es de gran importancia comenzar a reconocer la necesidad de considerar la labor de los traductores financieros como profesión, y que no sea cualquier tipo de persona relacionada con el mundo financiero quien realice esta actividad. Por ello, coincidimos con Swyer (2005: 26) en la necesidad de profesionalización de la traducción financiera, de lo que se beneficiará tanto la profesión como los clientes que demanden los servicios de estos profesionales, al contar el mercado con traductores profesionales que puedan llevar a cabo su labor de forma satisfactoria sin comprometer la calidad del mensaje que se quiera transmitir en el ámbito financiero. Del mismo modo, tal y como señala Mayoral (2007) en relación a la traducción comercial, si las empresas comienzan a darse cuenta de la profesionalización de los traductores financieros y estos las convencen de que su especialización en este campo aporta un valor añadido al trabajo realizado, se empezará a contratarlos para realizar las tareas de traducción especializada antes encargadas a profesionales de otras disciplinas.


Referencias

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